Se calcula que en Bugoma (Kenya) hay unos 100 chicos viviendo en la calle. Las niñas suelen ser acogidas, ya que no es obligatorio mandarlas al colegio, son una ayuda doméstica excelente y además una buena inversión cara a la dote si se las casa jóvenes.
Los chicos pasan los días mendigando en la calle, repartidos por la ciudad, pero su cuartel general es el vertedero municipal, ya que es ahí donde acaban la mayoría de restos de comida.
Llegamos en coche y al doblar la esquina una nube de chicos se agolpa alrededor del coche.
Joseph los tiene bien marcados, los visita cada mañana, comprueba si todos están bien de salud, si alguno tiene una necesidad urgente. Si alguno lo precisa, le consigue atención médica o les cura y limpia las heridas ahí mismo si puede.
De vez en cuando les consigue algo de ropa limpia y cuando hay dinero, procura darles a todos un plato de comida caliente. Intenta que sea al menos 2 o 3 veces por semana.
Hoy es un día de esos, los chicos van corriendo al humilde restaurante con el que Joseph tiene un acuerdo.Se ponen todos en fila y esperan su turno para entrar a sentarse y comer su plato.
En la cola Joseph charla con ellos, le vemos reñir al uno o al otro por estar demasiado descuidado. Una vez a la semana baja con ellos al rio, los lava y lavan la ropa. Joseph insiste mucho en mantener unos mínimos de higiene y modales.
Mientras esperamos con ellos charlamos de futbol, de lo contentos que están de recibir la visita de dos mzungus (blancas). Nos dicen que quieren ir al colegio, que les ayudemos! Nos invitan a sentarnos y nos ofrecen de su plato. Estos chicos viven en la calle, pero no están totalmente desamparados.
